Las Agustinas Misioneras somos una pequeña familia universal extendida por cuatro continentes
Agustinas Misioneras
AAMM
Quiénes somos
Somos una Congregación de inconfundible acento agustiniano, que comenzó con un grupo de mujeres sencillas y humildes (Querubina Samarra, Mónica Mujal, Clara Cantó), quienes equipadas de incondicional disponibilidad, abandonaron su apacible retiro para fundar un noviciado en Madrid el día 6 de mayo de 1890.
La interioridad y la búsqueda de Dios son nuestras principales características. Esa dimensión contemplativa desde la que experimentamos a Dios como Maestro interior y le descubrimos actuando en la historia del hombre y del mundo.
La disponibilidad para ser enviadas a donde los compromisos apostólicos nos lo soliciten, de modo que hagamos allí presente el REINO por la fraternidad.
Dónde estamos
Actualmente las 500 Agustinas Misioneras, extendidas por 15 países, compartimos el carisma congregacional desde la misión en España, Italia, Brasil, Colombia, Perú, Argentina, El Caribe, Argelia, Tanzania, Kenia, Mozambique, India, China, Filipinas y Taiwán.
Nuestros ideales y realizaciones concretas se centran siempre en la de los “pequeños del Reino” sirviendo preferencialmente en los ambientes pobres y necesitados y en los territorios de Misión, procurando realizar una clara acción educativa que les ayude a crecer en:
- La conciencia de su dignidad
- La apertura a valores trascendentes
- El compromiso con el Reino en la creación de una sociedad más justa y más humana
Valores de nuestra acción educadora
Hay dos referentes fundamentales que guían nuestra evangelización, el primero son los desafíos que nos plantea el mundo de hoy y el segundo es nuestra propia espiritualidad y carisma, que tienen un aporte significativo que ofrecer a la sociedad de nuestro tiempo.
Así, señalamos como valores determinantes en nuestra acción educadora los siguientes:
El camino de la interioridad nos exige conocimiento y unificación personal.
“No salgas fuera, retorna a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad”.
– San Agustín.
El camino de la fraternidad exige diálogo sincero, cercanía y dar y recibir el perdón.
“Necesitamos de los demás, para ser nosotros mismos”.
– San Agustín.
El camino de la libertad, es vivirla en responsabilidad.
“La verdadera libertad, está en la alegría del bien obrar”.
– San Agustín.
Como expresión de la justicia, de la amistad y fraternidad universal.
“Siempre tiene de donde dar el que tiene repleto el corazón de caridad”.
– San Agustín.
Las hermanas agustinas misioneras Caridad Álvarez y Esther Paniagua, asesinadas en 1994 cuando acudían a la eucaristía en Argel, fueron beatificadas en Orán (Argelia) el 8 de diciembre de 2018. La Iglesia ascendió a los altares a las dos religiosas y a otros 17 religiosos asesinados durante la guerra civil argelina, entre 1992 y 2002.
Carácter propio de los centros educativos agustinianos
Nuestra acción docente y educativa se inspira en una propuesta coherente de valores y expresa un objetivo primordial: que nuestros alumnos no sólo aprendan a pensar y a hacer, sino también a ser y a compartir.
La familia agustiniana tiene como emblema un corazón y un libro. Ambos elementos constituyen el símbolo gráfico de la pedagogía inspirada en el pensamiento de San Agustín. Aprender a ser y a compartir o -formulado de otro modo-, enseñar a pensar y a amar, se presenta como una síntesis genial de la educación agustiniana. El libro y el corazón integrados en una misma imagen. La noble posibilidad del pensamiento y el ejercicio humano del amor consciente. El amor inteligente, la verdad que hace relación al amor y el amor hace relación al corazón.
Aprender a ser y aprender a compartir es tanto como señalar las dos metas de la pedagogía agustiniana, a las que se llega por el camino de que una educación en valores que será más persuasiva si se presenta con alegría, en un clima de confianza, benevolencia y adaptación al alumno para acompañarlo en su formación.
Tan importante como una educación en valores es garantizar la transmisión de experiencias que generan confianza, libertad y vínculos espirituales. Creer en los alumnos es favorecer su potencial de aptitudes y facilitar su máximo desarrollo.
Misión, visión y valores
Nuestra misión
En todo nuestro SER y HACER queremos plasmar nuestra identidad cristiana y agustiniana y presentamos una oferta educativa humanizadora donde el perfil de la persona se defina con estos rasgos:
- Consciente de su dignidad
- Sana
- Crítica
- Abierta a los valores trascendentes
- Comprometida con la construcción de una sociedad más justa y más humana.
- Impulsora del cuidado de la creación.
Nuestra visión
- Educación integral del alumno, desarrollando de forma armónica todas sus capacidades desde la concepción cristiana del hombre y del mundo.
- Pedagogía agustiniana actualizada e innovadora de calidad, adaptada a las necesidades actuales que trabaja las inteligencias múltiples, la competencia digital, el aprendizaje plurilingüe y el trabajo cooperativo.
- Participación e integración de las familias en nuestro Proyecto Educativo.
- Misión compartida para crecer y trabajar por la misión común de anunciar el Evangelio desde lo que cada uno es.
Nuestros valores
- Interioridad: el camino de la interioridad exige silencio, conocimiento y unificación personal «No quieras dispersarte fuera, entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior habita la verdad».
(S.A. Vera rel. 39,72). - Fraternidad: nos permite la comunicación, compartir los bienes personales y materiales, diálogo sincero, dar y recibir el perdón, y aceptar lo diferente. «Hombre soy, entre hombres vivo, y nada de lo humano me es ajeno.»
(S.A. Carta 78,8). - Solidaridad: como expresión de la justicia y compromiso con el más necesitado.
- Libertad: para ser capaz de elegir y asumir un proyecto personal, expresado en responsabilidad para vivir «no como siervos bajo la ley, sino como personas libres bajo la gracia»
(S.A. Reg. 8, 47). - Amistad: Simpatía y confianza entre las personas. «Amar y ser amado es la cosa más importante para mí»
(S.A. Conf. 3, 1).